09/12/2009
Por: Ingrid E. Hecker Perry* (Desde Nueva York)
El 2009 va llegando a su fin, y con él, surge la importancia de analizar las principales acciones políticas, económicas, sociales y culturales de los países involucrados en el conflicto del Medio Oriente. A partir del presente artículo, acercaremos a nuestros lectores una serie de análisis destinados a tal fin, que reflejen los distintos puntos de vista, y recreen distintas posiciones. A continuación, la Dra. Ingrid E. Hecker Perry, analiza los primeros meses de gobierno de Barak Obama, un presidente que cambió la retórica de la principal potencia del mundo, que de a poco abandona su hegemonía planetaria.
Una cosa es cierta, tanto la derecha como la izquierda de este país parecen estar de acuerdo en que: "...Obama no ha hecho nada significativo hasta ahora..." La periodista Maureen Dowd del New York Times (premio Pulitzer 1999) conocida por su sarcasmo y cinismo, así como también el ex vice-presidente Dick Cheney, han encontrado un tema en común cuando se refieren a la "actitud indecisa y titubeante" de Barack Obama.
La "brigada del sarcasmo" (minimalistas enfermizos) que es parte de toda la vida social, política y cultural de los EEUU., piensa que, finalmente, ha encontrado en la frugalidad de sus logros, el "talón de Aquiles" del Presidente Obama. En el programa humorístico televisivo "Saturday Night Live" el cómico Fred Armisen hizo (en medio de risas) una parodia/imitación de Obama diciendo que "... cuando se examina mi record (Obama), queda muy en claro que lo que he hecho hasta el momento es absolutamente nada. Nada (en español). Casi un año y no tengo nada que mostrar..."
Así, en comentarios de radio, periódicos, revistas, televisión, en la opinión pública (sobre todo de la así llamada izquierda de este país que no es más que la representación de un liberalismo (clásico) de avanzada) y en el mismísimo Congreso, existe la creencia de que Obama no ha cumplido con ninguna de las promesas hechas durante su campaña presidencial.
Reforma sanitaria, piedra angular del oficialismo demócrata
Esta suerte de ‘sabiduría popular' acerca de la gestión del presidente en su casi primer año de administración, se presenta prematura y errónea. Si el presidente Barak Obama, y todas las señales políticas así lo indican, logra la aprobación de su programa de reformas al sistema de salud alrededor de la fecha aniversario de su inauguración como presidente -el próximo 20 de enero del 2010, será un hecho que en su primer discurso de informe al Congreso (llamado State of the Union) el presidente habrá logrado, comparativamente hablando en la misma etapa presidencial, más que cualquier otro presidente estadounidense desde las dos últimas dos guerras mundiales. Este no es un punto ideológico o uno que dependa de estar de acuerdo con sus políticas, sino que en una evaluación neutral de su accionar hasta ahora y un examen de las transformaciones y los procesos de cambios reales que Obama ha iniciado en sus doce primeros meses de gestión.
El éxito de Obama descansa sobre todo en el proyecto/legislación sobre salud que espera ser aprobado en el Senado en los próximos días antes de fin de año. El partido demócrata ha tratado durante casi seis décadas, pasar un sistema de seguro nacional de salud. Los presidentes Harry Truman, Lyndon Johnson, Jimmy Carter y Bill Clinton, se encuentran entre los que intentaron hacerlo y fracasaron.
Durante el verano recién pasado, Obama perdió "momentum" al dejarle la iniciativa del proceso al Congreso y no presentar su propia iniciativa. En estos momentos, su estrategia política se ha visto reivindicada. El proyecto de ley que firmará, tendrá con toda seguridad algunos puntos débiles y no complacerá a todo el mundo, (algunos sostienen que es débil en los aspectos de control de costos, muy "amarrado" al sistema dependiente de los empleadores y que no otorga posibilidades de elección efectiva a los consumidores) Pero dada la enormidad de esta iniciativa y los innumerables (enormes) obstáculos políticos con los que se ha encontrado, pasar una ley imperfecta para después mejorarla es probablemente el único camino para triunfar en donde sus predecesores han fracasado.
Si nos centramos en los detalles (como por ejemplo, si el proyecto incluirá la opción pública o si habrá cobertura para abortos, etc.) es fácil perder de vista la magnitud del cambio propuesto por el presidente Obama. Que el gobierno federal vaya a tener la responsabilidad de la cobertura de salud popular, será una transformación fundamental del contrato social estadounidense y el cambio singular más grande que se ha realizado en torno al rol del gobierno desde el New Deal.
Acaso Obama gobierne por cuatro o por ocho años, y no logre nada más que esta reforma al sistema de salud, será juzgado y recordado (por la historia nacional) como el presidente de mayor consecuencia en la vida (doméstica) interna del país desde Lyndon B. Johnson. Y no es menos importante considerar que dejaría sin efecto y obsoleta, la opinión de que Ronald Reagan revirtiera irremediable y permanentemente cincuenta años de liberalismo estadounidense.
Salvando Bancos
La ‘productividad' de Obama se puede medir en otros terrenos fuera de la salud. Hay evidencia más que suficiente de que el estimulo económico de $787 billones de dólares que firmó en febrero pasado, combinado con un programa de ayuda a los bancos, impidió una depresión económica. ¿Debería haber sido más grande el estimulo? ¿Más dirigido hacia el consumo inmediato en vez de hacia un baja de impuestos a largo plazo? ¿Sería un segundo estimulo una buena idea? Los comentaristas políticos y estudiosos de las políticas económicas de gobierno tendrán tiempo de sobra para especular, recomendar, estudiar, criticar estos asuntos por un largo tiempo ahora y en el futuro. Lo cierto es que son pocos los economistas serios que niegan que la acción decisiva del presidente Obama fuera la que detuvo un desastre económico de mayores proporciones y que, conjuntamente, pudo restaurar el crecimiento en el tercer cuatrimestre.
El New York Times, citó a Mark Zandi, uno de los asesores económicos del ex candidato presidencial John McCain, que dijo: "... El estimulo está actuando como se suponía que debía hacerlo contribuyendo al término de la recesión, en mi opinión, sin la ayuda del estimulo económico, el PDB aún sería negativo y el nivel de desempleo estaría muy por sobre el 11%.".
Una mirada sobre su política exterior
En este terreno, los logros son menos tangibles pero no por ello menos significativos: Obama, ha colocado a los EEUU en un pie completamente distinto y nuevo ante el resto del mundo. En una serie de visitas al exterior (que sus críticos calificaron de innecesarias y con el solo objeto de llevar a cabo relaciones públicas) y en sus discursos, ha reemplazado efectiva y terminantemente el militarismo moralista, unilateral y arrogante de George W. Bush, con una política -al menos en lo retórico- de carácter pragmática, multilateral y conciliatoria.
Es así como Obama, hasta este momento, ha reorientado de manera significativa la política hacia Irán teniendo muy en claro la historia de engaños, mentiras y distracciones que el régimen teocrático/militar ha jugado con la Comunidad (Unión) Europea y con EEUU (y el resto del mundo) por décadas. La eliminación de un programa nuclear militar, es para Obama, una condición sine qua non, para cualquier diálogo con el régimen de Teherán.
La semana recién pasada, anunció ante el país y el mundo, su nueva estrategia en Afganistán, que implicará 30.000 tropas extras, que se concentrarán en el sur-este del país -en las zonas dominadas por el Talibán- y un refuerzo a la región limítrofe con Paquistaní, que de a poco se presenta como el nuevo ‘paraíso' de Al Qaeda.
En su discurso, pronunciado en la Academia militar de West Point, el presidente dejó en claro que a fines del 2011, las tropas comenzarán a retirarse de acuerdo a las condiciones imperantes en terreno, dejando en claro con ello a la recién elegida administración del presidente afgano Karzai, que el compromiso de los EEUU es una guerra de contrainsurgencia que tiene un término preciso; las condiciones impuestas para el apoyo estadounidense, son importantes porque reflejan la preocupación de Obama ante un país, el segundo más pobre del mundo, en donde la corrupción y el tráfico de opio son una cuestión de sobrevivencia cotidiana; en donde el regreso del Talibán, significaría desestabilización para una región altamente explosiva y un retorno a atropellos a los Derechos Humanos (en especial de las mujeres) que horrorizan al mundo entero.
Los republicanos lo acusan de debilidad, vaguedad e inexperiencia por haberle "avisarle al enemigo" el momento del retiro, sosteniendo que el Talibán se aprovechará de ello adecuando su estrategia de guerra. Lo cierto, es que Obama ajustó su nuevo plan, a lo que los expertos militares en el terreno le recomendaron (General Mc Chrystal y otros) y a las ofertas de tropas hecha por la Unión Europea y la OTAN que, de acuerdo a lo estipulado, agregarán otros 10.000 soldados. Claro, las "tropas aliadas" se estacionarán en el norte, este y centro del país donde la acción no es significativa, mientras que las tropas estadounidenses y británicas se ubicarán en las áreas de mayor insurgencia. El índice de fatalidad y de heridas y lesiones traumáticas/mutilantes, se incrementarán trágicamente. El presidente lo sabe y sostuvo en su discurso a la Nación , que su decisión no fue fácil, sino que dolorosamente necesaria.
Por otro lado, un número significativo de demócratas lo han criticado duramente por esta escalada en la guerra, sosteniendo que esto va en contra de las promesas que hiciera Obama durante su candidatura presidencial. Al parecer, se les olvida que el entonces candidato, siempre sostuvo que la guerra que había que terminar prontamente era Irak... mientras que la lucha en Afganistán debía incrementarse hasta y para aniquilar al enemigo de los EEUU: al Qaeda, responsable (como todos recordamos) del ataque a las Torres Gemelas en la ciudad de Nueva York el 11 de Septiembre del 2001. La insatisfacción de los sectores de izquierda estadounidense es notoria, las calles de las principales ciudades de EEUU han visto a miles de personas protestando en contra de la escalada militar.
Pero la mayoría de ambos partidos reconoce la trágica necesidad de esta escalada ante el imperativo de derrotar al Talibán y su aliado Al Qaeda en Afganistán y en el límite con Paquistán que tiene un talibán propio y con características distintas al del norte.
El presidente está definitivamente, entre la espada y la pared. Pero de una cosa sí que no hay duda: Afganistán es, definitivamente, la guerra de Obama. Y en medio de este complejo escenario, Obama se apresta a recibir el premio Nobel de la Paz (¡!) el jueves 10 de diciembre, ceremonia que será transmitida al mundo entero. La controversia que esto ha generado, es enorme, pero lo cierto es también que nunca antes un presidente recién electo, (probablemente desde la administración de Ronald Reagan), había re posicionado y remodelado el rol global de los EEUU de manera tan significativa y rápida.
La política exterior de Obama ha repercutido también de manera importante, en las relaciones con China, Rusia, Israel y el mundo islámico en general.
Cuentas pendientes
Quedan duras batallas por delante, eso es indudable. Sabiamente, el presidente ha diferido (por ahora) aquellas que son peligrosas y costosas en el terreno político nacional e internacional, tales como el cierre de la base de Guantánamo en Cuba, el término de la política "Don't ask, Don't tell" (‘No preguntes, no digas') que significaría la aceptación abierta y sin cuestionamientos, de personas homosexuales en las fuerzas armadas; el fin de la expansión de asentamientos en la Rivera Occidental del Río Jordán en Israel, es también otra batalla que espera ser asumida y que tendrá repercusiones fundamentales en las relaciones entre EEUU e Israel y en el equilibrio geo- político/militar/diplomático de la zona, así como también en la reanudación efectiva del proceso de paz entre israelíes y palestinos.
En este primer año de administración, Barack Obama ha demostrado cuáles son sus prioridades más urgentes, a saber: prevenir la depresión económica, reconstituir y reconstruir la imagen mundial de los EEUU, e intentar lograr la reforma al sistema de seguro de la salud que implicará cobertura universal para todos los estadounidenses, un cambio monumental en la vida socio/política de este país.
Tiempos duros, problemas complejos y todo en medio de vientos (torbellinos) de guerra. No hay duda que se requiere mucha sabiduría, paciencia y determinación para resolverlos.
¿Estará Obama a la altura de los desafíos?
Ojala que sí. Su espíritu reflexivo, su determinación a escuchar antes que actuar prematuramente, su humanismo y decisión a ser justo y ecuánime, nos aseguran que el presidente Obama es lo más avanzado que le pudo haber ocurrido a este país en los últimos años, sobre todo desde el desastre que significó la administración de G.W. Bush.
No nos olvidemos de la magnitud de sus desafíos: controlar una crisis económica mundial de magnitud antes nunca vista, reforma al sistema de salud nacional, mejorar un sistema educacional francamente obsoleto, dos guerras, un nivel de desempleo nunca antes visto desde la Gran Depresión (casi 16 millones de estadounidenses), una desconfianza completa de la opinión pública en el sistema de gobierno, una derecha republicana determinada a verlo fracasar y una izquierda cuya morfología es francamente incomprensible.
Es incorrecto, a mi juicio, hacer cualquier predicción a estas alturas. Lo cierto es que su gestión le ha significado a EEUU y al mundo, tener un poco más de esperanzas en el futuro.
*Socióloga, Phd.
Comentarios de los lectores (6 comentarios):
Talia
Obama es peligroso como la musica de Beethoven; ambos hacen que uno vuelva a tener esperanzas y creer en la Humanidad! Ojala cantemos con Obama el ultimo movimiento de la Novena Sinfonia: Todos los hombres vuelven a ser hermanos y hermanas!
Dore
Quiero felicitar a Horizonte por este articulo. Equilibrado, objetivo, informativo y entretenido. No comparto las ideas de Obama, pero pienso que vale la pena darle una oportunidad para demostrar que no es uno mas en la lista de aprovechadores que han gobernado a EEUU! Nuestro moreno continente ha sufrido una y otra vez, los golpes del latigo neoliberal, veamos si Obama es diferente.
Debora
El Taliban seria un drama horrendo para las mujeres de Afganistan. No me olvido del espanto que para el mundo y para nosotros los neoyorquinos, significo el 11 de Septiembre, 2001. Al Qaeda debe ser castigado y eliminado. Ojala Obama pueda!!
Moshe
Obama encontrara las mismas dificultadas que Bill Clinton en Israel, sobre todo, bajo el liderazgo de Netanyahu y con una AP que es ineficiente y mentirosa. Le deseo suerte, no por su gestion en particular, sino que por el bien de Israel, Palestina y el resto de la region y el mundo.
Ari
Obama es una figura emblematica. Dificil su tarea. Comparto el optimismo de la autora, ojala la realidad no lo desmotive!
ANA
Sin compartir ,en mi caso particular la simpatìa total con la figura de OBAMA ,este artículo tan equilibrado hace pensar y da gusto.